Fotografias: Formica Group.
Producto.

loop, fenix

LOOP nace de un deseo personal: fusionar arte, diseño y funcionalidad en una pieza que no solo cumpla su propósito, sino que también cuente una historia, que dialogue con el espacio y con quien la utiliza. Para mí, el diseño debe ser eso: un gesto que va más allá de lo práctico, que despierte emociones y que aporte algo único al día a día. Esta pieza que creamos para Fénix, del grupo Formica, es precisamente ese gesto. No es solo una mesa, ni solo un taburete. LOOP puede ser todo eso y más, según el momento y el lugar. Su fuerza está en esa versatilidad sutil que permite que se adapte, que se enrolle en el entorno sin imponerse, pero sí transformándolo.

Cuando pienso en LOOP, imagino ese movimiento continuo, casi orgánico, que no cesa ni se detiene. Sus curvas suaves, su forma casi escultórica, me remiten a las ciudades utópicas de Miquel Navarro, donde cada elemento está vivo, conectado, respirando con el espacio que lo rodea. Quería que LOOP tuviera esa misma fluidez, esa capacidad de no romper sino de integrarse, de ser parte del paisaje interior. No un objeto que irrumpe, sino que se enrosca, que acompaña sin perder presencia. Es un equilibrio complicado, pero justamente ahí está su esencia.

Más allá de la forma, el color juega un papel fundamental en esta pieza. No escogí los tonos al azar. La paleta está pensada para provocar algo profundo, más allá del simple impacto visual. Me inspiré en los campos de color de Mark Rothko, en cómo sus pinturas buscan emocionar sin estridencias, con tonos que hablan en silencio. Así, los dos verdes y el violeta oscuro de LOOP buscan un balance entre calma y energía contenida, entre sofisticación y serenidad. No es solo una cuestión estética: es una historia sensorial que el color narra, un relato que acompaña cada uso, cada mirada.

El material es otro protagonista clave. Trabajar con FENIX® ha sido un reto apasionante. Este material no solo es innovador por su tecnología y acabado supermate, sino que su tacto suave y propiedades antihuellas lo convierten en el aliado perfecto para una pieza que debe vivir con las personas, resistir el uso cotidiano sin perder su carácter. Para mí, que una pieza mantenga su esencia con el paso del tiempo es fundamental. Por eso, el rigor en los acabados y la resistencia del material son tan importantes como la belleza formal. LOOP debe funcionar en cualquier entorno, ya sea un hogar o un espacio contract, y siempre conservar su identidad intacta.

Diseñar LOOP fue también un ejercicio de equilibrio entre lo práctico y lo emocional. Quería que fuera ligera, cómoda, resistente y fácil de mover, pero también que llevara dentro una carga de intención, de poesía. Que no se limitara a cumplir una función, sino que provocara sensaciones, que invitara a la contemplación. En cada detalle, desde la forma hasta el color y el tacto, hay un hilo conductor que busca despertar algo más allá de lo funcional. LOOP no pasa desapercibida, pero su presencia no es agresiva. Su fuerza está en la honestidad del material, en la sencillez de sus líneas y en ese gesto silencioso que invita a la pausa.

El nombre LOOP es una declaración. Hace referencia a ese ciclo continuo, a la fluidez constante que debe tener el diseño en un mundo en transformación. El diseño no puede ser rígido ni estático, debe ser flexible, adaptarse, y a la vez conservar una identidad sólida que lo haga relevante y perdurable. LOOP puede estar en distintos espacios, cumplir distintas funciones, y sin embargo mantiene un sentido propio, un valor estético que no se diluye. Eso es lo que buscaba transmitir.

Las proporciones y la articulación de los volúmenes en LOOP son fruto de un proceso muy cuidado, donde cada forma y vacío están medidos para lograr un equilibrio casi escultórico. No es casual que el proyecto tenga una raíz muy ligada al pensamiento artístico: no es solo un objeto técnico, es también una pieza poética, una pequeña escultura que dialoga con el espacio y con el tiempo. Esa mezcla entre arte y diseño industrial es lo que le da su carácter único.

En un momento en el que el diseño a menudo se fragmenta entre lo meramente funcional o lo excesivamente decorativo, LOOP viene a recordarnos que ambos mundos pueden unirse con coherencia y sensibilidad. Puede sostener desde una taza de café hasta el peso de una persona, pero también puede elevar una habitación, activar una conversación, ser ese punto de atención que hace especial cualquier rincón. Para mí, esta pieza es una reivindicación del poder del diseño contemporáneo como puente entre disciplinas, entre emociones y utilidad.

LOOP representa esa sensibilidad que siempre busco en mi trabajo: no entender el diseño como una respuesta automática o previsible, sino como una forma de activar la mirada, de generar emoción y de celebrar la belleza en lo cotidiano. No es un objeto que simplemente se usa, sino que se siente, que se vive, que acompaña y evoluciona con quienes lo habitan. Así quiero que el diseño sea: un diálogo abierto, una experiencia compartida, un espacio para lo inesperado.

Este proyecto es, en definitiva, una invitación a mirar el diseño con otros ojos. A ver más allá de la función, a conectar con las emociones que despiertan las formas, los colores, los materiales y las sensaciones. LOOP no es solo una pieza, es un pequeño universo donde arte, vida y uso se entrelazan en un bucle que no termina, un ciclo continuo de presencia y significado.

Agradecimientos: Formica Group, Moblitte y Madrid Design Festival